La emoción es imprescindible para aprender

Una correcta regulación emocional colabora positivamente en un mejor proceso de aprendizaje; pero más allá de su utilidad pedagógica, la educación emocional busca acrecentar en los alumnos una sana autoestima que le permita relacionarse de manera realista y positiva con los demás y con su propio mundo interior.

La Biblia es un libro emocionante y lleno de emociones. La confianza de Abrahán, la indignación de Moisés, el entusiasmo de David, el desconcierto de María. Acercarse a los relatos bíblicos es encontrarse con personas que creen, ríen, aman, sufren, esperan...

En esta unidad didáctica, los alumnos de 4º del colegio la Romanilla, han trabajado la emoción de la seguridad; han leído en el libro del Éxodo como Dios acompañó por el desierto a su pueblo y visto la figura de Moisés como un colaborador de Dios en la historia de la salvación; han conocido a Corazón Aquino, presidenta de Filipinas, que acompañó a su pueblo cuando reclamó los derechos básicos para todos.

Los objetivos de la unidad son:

- Conocer el relato del Éxodo en el que Dios acompaña a su pueblo por el desierto.
- Identificar a Moisés como el enviado de Dios para guiar a su pueblo por el desierto.
- Reflexionar sobre la Historia de la Salvación a partir de narraciones y representaciones artísticas.
- Saber que Jesús nos enseña a colaborar con Dios en su plan de salvación.
- Conocer el testimonio de algunas personas en la defensa de la dignidad humana.
- Identificar éxodos en la actualidad y comprender sus causas.

Para aprender más, han observado el cuadro de Ernest Descals, El Éxodo, que hemos comentado.
La contemplación de la pintura de Descals es un buen ejercicio para desarrollar la inteligencia visual- espacial.

Han terminado su trabajo representando lo que nos cuenta el libro del Éxodo de una  manera sencilla y divertida trazando dibujos sobre sal fina.

Trabajo con las emociones en esta unidad.

A veces, utilizamos metáforas para describir nuestro estado de ánimo. "Pasar por un desierto" es un ejemplo de metáfora que se utiliza para explicar que una persona está atravesando un mal momento, como le pasó al pueblo de Israel. Es importante que los alumnos se acostumbren a superar pequeñas dificultades que les hagan fuertes emocionalmente. Saber vencer las dificultades de la vida no se aprende de repente, sino que a veces se pasa por un camino de pequeñas frustraciones, hasta que se superan.

Conviene que los alumnos vayan adquiriendo pequeñas responsabilidades que les preparen para asumir las consecuencias de sus actos y les ayuden en la toma de decisiones, sabiendo que, en general, lo más efectivo es ser positivo, aunque cueste.