En clase le hemos dado una sorpresa:
Enseñarás a volar, pero no volaré tu vuelo
enseñarás a soñar, pero no soñaré tu sueño
enseñarás a vivir, pero no viviré tu vida.
Pero cada vez que vuele, sueñe o viva,
estará la semilla que tu sembraste.
Que Dios te bendiga siempre.
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